martes, 9 de marzo de 2010

DESNUTRICIÓN Y POBREZA EN SANTA ANITA

FOTO: http://audioblogs.cienradios.com.ar/
Según cifras oficiales proporcionadas por el Instituto Nacional de Estadística e Informática, el 11% de los niños de Santa Anita padece de desnutrición crónica, el 16,4% de la población total vive en situación de pobreza mientras el 66% de todos los santanitenses carecen de algún tipo de seguro de salud.

Estos resultados que se han mostrado recientemente (febrero de 2009) contienen datos e información recopilada en el Censo de Población y Vivienda del 2007, los cuales fueron combinados con los datos de la Encuesta Nacional a Hogares 2007, para fijar una linea de base que servirá para medir los avances de las políticas de Estado en la lucha contra la pobreza.

Enfrentar las carencias que afectan a gran parte de la población sumida en la pobreza no debe ser una tarea exclusiva del Gobierno Central y sus programas sociales con un modelo asistencialista. Pienso y creo que debe existir una corresponsabilidad con los gobiernos regionales y locales, a fin de establecer una alianza sostenible que logre reducir los niveles de pobreza en cada ámbito. Es decir, deben destinarse recursos en el fortalecimiento del capital humano brindando un mejor acceso a la Educación, Salud y Alimentación.

Podemos promover centros educativos municipales en los terrenos que el Ministerio de Educación tiene asignados dentro del distrito y que no son utilizados ni aprovechados. También podemos priorizar el mejoramiento de los niveles de empleabilidad para los jóvenes y adultos, para que ellos mismos puedan ser partícipes de su propio desarrollo. Claro, el problema está en que los resultados de éstas estrategias no son visibles en el corto plazo, y tal vez no son rentables políticamente, como si lo son las obras físicas, construcciones y el reparto de dádivas alimenticias que calman el hambre un día, pero que por si solos no generan posibilidades de desarrollo para el mañana.

Del mismo modo, universalisar el acceso a los servicios de salud y que estos también puedan ser financiados por los mismos beneficiarios, pero a un costo reducido. El modelo de los Hospitales de la Solidaridad demuestran que el problema no es la falta de recursos, sino la escasa oferta de centros hospitalarios y de calidad. En nuestro distrito hay postas médicas cuya situación de precariedad no permite que se brinde una adecuada atención al ciudadano. Pues bien, el MINSA, en alianza con el municipio, debería convertir estas postas en centros médicos o policlínicos donde se pueda atender una urgencia médica cumpliendo con todas las normas de bioseguridad y porque no, con un nivel de una clínica privada, pero a un costo al alcance del poblador de Santa Anita.

Una política social, basada en el asistencialismo alimentario puro, apelando a la solución fácil y populista, no garantiza la superación de las metas en la lucha frontal contra la pobreza.

La estrategia de distribución de alimentos a través del Pronaa en los Comedores Populares, Programa Infantil de Nutrición (PIN), el Pan TBC y Desayunos Escolares , así como el programa del Vaso de Leche, solo son un paliativo para el problema de pobreza y su efecto de desnutrición infantil. Los resultados de esta estrategia esta muy lejos de ser exitosa. Y es que estas transferencias alimentarias deberían ser condicionadas -ahora se exige preparar la leche y no repartirla en crudo- para que exista un nivel de compromiso mayor por parte de las madres y los hijos. Se me ocurre que se debe trabajar con ahinco la prevención de los embarazos adolescentes, para no seguir incrementando con "nuevos pobres" nuestras estadísticas de jóvenes padres de familia en la marginalidad, exclusión y desempleo.

En Santa Anita hay 11% de niños con desnutrición crónica, y si no se hace algo de inmediato, estaremos condenando a esa generación de futuros ciudadanos, a la mendicidad. Porque un niño desnutrido será un hombre disminuido intelectual y físicamente.


Para revisar las cifras del nuevo mapa de la pobreza les invito a ver:

1 comentario:

Anónimo dijo...

sí, lo vi, salió publicado en rpp. Piedra silenciosa